lunes, 11 de octubre de 2010

Aislamiento "ecológico" a base de aluminio y plástico

Se trata de una línea de aislamientos compuesto de láminas de aluminio y burbujas de polietileno y a los que les ha sido concedida un supuesto "sello verde" Ecospecifier. 

"La línea de aislantes Polynum, desarrollada y comercializada por Optimer System, se consolida en el mercado como uno de los aislantes más preciados en tejados, suelos y paredes, reduciendo significativamente el aumento y la pérdida de calor en los edificios. Su excelente comportamiento permite también un impacto sustancial en el consumo energético de estos edificios y en la disminución de emisiones. Estas prestaciones han sido valoradas por Ecospecifier.org -una prestigiosa base de datos on-line de productos ecológicos y saludables, materiales y tecnologías que permitan pensar y construir de un modo ecológico- que ha certificado la línea Polynum de Optimer System con su acreditación medioambiental.
Con este sello ecológico, Ecospecifier pretende responder a las exigencias de información de los profesionales de la construcción. En primer lugar, señalando qué material es "verde", y cuál no lo es. Asimismo, el portal facilita la identificación, las especificaciones o la localización de los productos ecológicos. Por último, Ecospecifier.org nos otorga el conocimiento de los ítems que rodean a los ecoproductos, mediante información independiente, clara y no sesgada.
Además de su bajo uso de energía y la reducción de las emisiones, Polynum ha sido también reconocido como ecoproducto por reducir drásticamente la cantidad de gases emitidos. Un rollo de Polynum de 600 mm cubre hasta seis veces más metros cuadrados que otros productos aislantes tradicionales. Asimismo, el embalaje de este material reduce la cantidad de residuos y limita de un modo efectivo sus efectos adversos en los vertederos. Polynum y su embalaje son 100% reciclables, es decir, se pueden transformar en nuevos artículos al finalizar su ciclo vital. Ello repercute beneficiosamente en el medio ambiente: reducción en el uso de recursos, de residuos y del coste para el fabricante. Ecospecifier también certifica que Polynum es uno de los productos más rápidos en recuperar la energía usada."
Catalogación: El pecado del impacto oculto
web: www.optimersystem.com
www.ecospecifier.org

jueves, 1 de julio de 2010

El lado negro de Iberdrola

En marzo de 2007, Greenpeace realizó una acción de protesta pacífica en la central térmica ilegal de Pasaia, propiedad de Iberdrola.

Activistas de la organización se encaramaron a la chimenea de la central para poner en evidencia la doble cara de Iberdrola, que "lucha contra el cambio climático" mientras se enriquece quemando carbón.

La acción terminó pasados tres días, con la imagen pública de "empresa verde", que la compañía pretende explotar, seriamente comprometida.

Pero Iberdrola no sólo no recapacitó acerca de la necesidad de dar coherencia a su discurso y cerrar la central, sino que denunció a Greenpeace y a diez de sus activistas a los que exige cifras "astronómicas" y ¡casi un año de cárcel!

¡Ciberactúa!
Escribe al director de Iberdrola y presiona por un futuro realmente verde

Como resultado de la acción realizada por Greenpeace en la central térmica de Pasaia, en marzo de 2007, Iberdrola, propietaria de la instalación, no solo no decidió cerrar uno de los mayores focos de emisión de Euskadi o, por lo menos, legalizarlo mediante un procedimiento exhaustivo, sino que denunció a Greenpeace. Pide a la organización ecologista 5.220 euros de indemnización y las acusaciones a cada uno de los diez de sus activistas son las siguientes:
  • 3.600 euros por usurpación de bien inmueble
  • 14.400 euros por coacciones
  • 9 meses de prisión por desobediencia a agentes de la autoridad
  • 9 días de trabajo en beneficio de la comunidad por falta de deslucimiento de bien inmueble
Con esta reacción totalmente desmesurada, Iberdrola muestra su verdadera preocupación: no es el cambio climático, sino mantener una imagen pública "verde" y emprender acciones legales contra cualquiera que se atreva a sacar a la luz la cara más negra de la compañía. Mostrando su "mano dura" a la sociedad civil, Iberdrola se equivoca de objetivo y olvida que en materia de cambio climático el enemigo lo tiene en casa: las centrales térmicas de carbón.
Si quieres recordarle a Iberdrola que, en la lucha contra el cambio climático, el enemigo no es Greenpeace ni sus voluntarios sino las centrales térmicas de carbón como la que la compañía tiene ubicada en Pasaia...

Catalogación: El pecado del impacto oculto
web: http://www.ciberactuacongreenpeace.es/?cyberid=95

martes, 8 de junio de 2010

Tarjetas de PVC biodegradables

Se trata de las tarjetas de Akrocard que en su publicidad dice textualmente que "akrocard® dentro de su política medioambiental tiene como uno de sus principales objetivos cumplir las más exigentes normas medioambientales, y para ello ha decidido incluir semillas “nendo dango”en uno de sus productos, las tarjetas de PVC Biodegradable Biocard®, fabricadas con material totalmente biodegradable que una vez en contacto con la tierra o el medio ambiente se degrada sin ningún impacto residual negativo para el ecosistema, con la finalidad de fomentar el uso de materiales compatibles con la naturaleza y el entorno". Nada más y nada menos. Más adelante añaden: "La biocard® nace de la necesidad de ofrecer un producto verde y ecológico, que nos ayude a conservar nuestro planeta, reduciendo al máximo la cantidad de residuos no biodegradables".

No analizan la toxididad de la producción del producto.

Para colmo de lavado verde, prometen, junto a la Fundación + árboles plantar un bosque mediterráneo.

Catalogación:  El pecado del impacto oculto

Greennwasching

Basándonos en el trabajo de Terra Choice la idea es dejar patente, en este blog, los intentos de Lavado Verde  que  realizan empresas de este y otros países. Por supuesto que se trata de una apreciación personal y que todo esta sujeto a la subjetividad y estamos dispuestos a rectificar, pero  hay que decirles a estas corporaciones y a sus directivos, si es el caso, hasta donde puede estar el límite.

¿Cómo de “verdes” son los productos que se venden como tales? Según un estudio de la empresa de marketing ambiental ‘TerraChoice’, realizado el año pasado, el 98% de los más de 2.000 artículos de consumo analizados en Norteamérica y comercializados como ‘verdes’ no eran completamente transparentes con la información ambiental transmitida al consumidor. SepTerraChoice ha establecido los siete pecados capitales del ‘lavado verde’ que suelen cometer la gran mayoría de las empresas que venden un falso producto verde y que podemos detectar si estamos atentos.

Muchas empresas han aprovechado el tirón de la producción ‘verde’ para dar un lavado de cara a sus productos y atraer a consumidores más concienciados. Este uso fraudulento de la publicidad verde es precisamente lo que denuncia esta organización con sede en Ontario (Canadá) en su web, donde define ‘Siete pecados del ‘Greenwashing’ (también conocido como ‘lavado verde’).

Según el informe publicado recientemente por TerraChoice, los productos de limpieza, cosmética y los de niños son las tres categorías que más riesgo tienen de sufrir ‘greenwashing’.


Siete formas de detectar un falso producto verde



El pecado del “impacto oculto”
Consiste en afirmar que un producto es ‘verde’ basándonos sólo en unas pocas cualidades ambientales, sin prestar atención al impacto global. Por ejemplo el papel que se presenta como “100% ecológico” por ser reciclable o por proceder de una plantación sostenible, olvidando otros aspectos que afectan al proceso de fabricación y comercialización: las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso de energía, el agua utilizada, los impactos de la silvicultura o el uso de cloro para el blanqueo del papel.



El pecado de “la falta de pruebas”
La falta de certificados reales o de información fácilmente accesible que corrobore lo que dice la etiqueta son pistas para detectar el engaño. Según el estudio de TerraChoice, esto ocurre mucho con lámparas que promueven la eficiencia energética o productos de cosmética —por ejemplo, toallitas de papel— que se venden como reciclables.


El pecado de la vaguedad
El resultado de no definir bien la información que aparece en los productos o la falta de significado de los mensajes confunden al consumidor. Por ejemplo, decir que un producto “no lleva sustancias químicas” no es real, ya que nada está libre de químicos (todas las plantas, animales y humanos están compuestos de químicos). Ocurre algo similar con etiquetas como “todo natural” o “no tóxico” —todo puede ser tóxico en dosis altas.


El pecado es el del ‘mal menor
Hay productos que en su conjunto tienen un dudoso beneficio ambiental y se venden como orgánicos o verdes. Es lo que ocurre con los insecticidas o los herbicidas ‘verdes’. Aunque hay consumidores que necesitan estos artículos para usos agrícolas, en otras circunstancias pueden ser innecesarios para usos como jardines.


El pecado de la irrelevancia
El ejemplo más claro se encuentra en los materiales que anuncian “libre de CFC’s”. Los clorofluorocarbonados son los principales culpables del deterioro de la capa de ozono y fueron prohibido por ley hace unos 30 años. Aún hoy, muchos productos —como lubricantes, insecticidas, desinfectantes...— continúan poniendo en sus etiquetas este mensaje que no aporta realmente nada.


El pecado de decir mentiras
Otras empresas mienten directamente sobre los elementos y certificados de sus productos. La organización de Ontario menciona en su estudio algunos ejemplos como champús que dicen ser “orgánicos” o detergentes para el lavavajillas que aseguran estar empaquetados en papel 100% reciclado , cuando en realidad contienen plásticos.


El pecado de “adorar las etiquetas falsas”
Muchas empresas han llegado al punto de falsificar certificados y copiar etiquetas para simular un producto respetuoso con el medio ambiente, una estrategia engañosa que requiere una especial atención por parte del consumidor para detectarla.